Cómo pasear a un perro ansioso

Es común encontrarse con perros que experimentan un nivel significativo de intensidad emocional durante los paseos, manifestando ansiedad y una prisa incontrolable.

Esta situación puede resultar desafiante y agotadora tanto para el dueño como para el propio perro. La ansiedad se manifiesta a menudo a través de comportamientos como tirar de la correa con fuerza, haciendo que los paseos sean una experiencia estresante en lugar de placentera.

Este artículo aborda este problema con la urgencia que merece, reconociendo que los perros, al igual que sus dueños, merecen disfrutar de paseos relajados y agradables. La intensidad emocional de algunos perros durante los paseos puede afectar negativamente su calidad de vida, y es fundamental abordar este comportamiento para mejorar su bienestar general.

 

 

El motivo detrás de este artículo se originó a partir del problema compartido por un cliente de nuestra tienda online para Mascota | Mascotagadget | quien describió la ansiedad constante de su perra durante los paseos. La energía desbordante y su tendencia a tirar de la correa eran aspectos que generaban preocupación. La problemática planteada sirve como punto de partida para explorar estrategias y consejos destinados a mejorar la experiencia de paseo tanto para el perro como para su dueño.

 

La importancia del paseo 

Para los perros es crucial, ya que no solo se trata de satisfacer sus necesidades fisiológicas, sino también de brindarles estimulación social y mental. La falta de paseos frecuentes puede dar lugar a niveles elevados de ansiedad y comportamientos no deseados durante el tiempo limitado en el exterior.

Es esencial comprender que los perros, como animales sociales, requieren actividades regulares al aire libre para mantener un equilibrio emocional y físico.

Pasear proporciona la oportunidad de quemar energía acumulada y estimular sus sentidos, contribuyendo a una vida más saludable y equilibrada.

El nivel de emoción con el que un perro sale al paseo actúa como un punto de partida. Si el perro sale con un nivel de emoción elevado, es probable que esta intensidad aumente durante el paseo. Por lo tanto, establecer un nivel base más tranquilo antes de salir puede ayudar a evitar que las emociones del perro se desborden.

Se sugiere realizar paseos al menos 3 o 4 veces al día, adaptando la duración según las necesidades específicas de cada perro. Perros más pequeños pueden requerir alrededor de 20 minutos, mientras que razas más grandes pueden beneficiarse de paseos más largos, incluso hasta una hora.

 

 

El momento previo al paseo

Es importante también considerar el momento previo al paseo. Bajar el nivel de excitación del perro antes de colocarle la correa puede contribuir a un inicio de paseo más tranquilo. Introducir pausas y momentos de calma antes de salir puede ser beneficioso.

Para perros ansiosos, la introducción de juegos de olfato en casa puede ser terapéutica y relajante. Además, evitar situaciones estimulantes en los primeros días de paseo y optar por salidas nocturnas más tranquilas puede ayudar a crear asociaciones positivas con el paseo.

En cuanto al uso de la correa, se sugiere evitar arneses de espalda que favorecen el tirón y optar por arneses de pecho o collares clásicos de cuello. Las correas no extensibles de longitud adecuada (entre 1.5 m y 3 m) permiten un mejor control y comunicación entre el dueño y el perro.

En resumen, establecer una rutina regular de paseos, manejar el nivel de excitación previo, introducir juegos de olfato y seleccionar el equipo adecuado son medidas fundamentales para convertir el paseo en una experiencia placentera y relajada para el perro y su dueño.

 

Técnicas de Paseo para perros ansiosos

La técnica del semáforo es una estrategia básica para enseñar a un perro a no tirar de la correa durante el paseo. Se basa en dos reglas simples:

1. Semáforo Rojo (Tirón en la correa): Si el perro tira de la correa, detente y mantén la posición. Esto indica al perro que el avance se detiene cuando tira.

2. Semáforo Verde (Relax en la correa): Si el perro relaja la correa, continúa con el paseo. Esto actúa como una recompensa positiva al comportamiento deseado.

Es esencial ser instructivo con el perro, proporcionándole señales claras durante la aplicación de esta técnica. Al detenerse en el semáforo rojo, puedes utilizar comandos breves y firmes, como "no tires" para comunicar claramente la acción que deseas.

Algunos matices importantes a considerar incluyen:

• Instrucciones Claras: Evitar gritar, pero ser firme y claro al comunicar las instrucciones. Mantener la calma durante los paseos también es beneficioso.

• Evitar Felicitaciones Excesivas: En situaciones de ansiedad y excitación, es recomendable no felicitar excesivamente al perro cuando deja de tirar. La continuación del paseo actúa como una recompensa suficiente.

• Comprensión del Contexto: Observar el entorno y comprender si hay estímulos externos que puedan excitar al perro, como la presencia de otros animales. En tales situaciones, se puede permitir cierta flexibilidad mientras el perro aprende las nuevas normas del paseo.

• Uso de Premios: La continuación del paseo en sí misma actúa como una recompensa. Sin embargo, algunos perros pueden responder positivamente a premios adicionales, ya sea arrojándolos al suelo o entregándolos directamente desde la mano del dueño.

• Tirar Premios al Suelo: Esta técnica puede fomentar el uso del olfato y relajación, pero se debe tener precaución para evitar que el perro se obsesione con recoger cosas del suelo.

• Dar Premios de la Mano: Entregar premios desde la mano refuerza la asociación positiva entre acercarse al dueño y recibir una recompensa.

• Adaptación a las Necesidades del Perro: La elección entre tirar premios al suelo o darlos de la mano puede depender de la respuesta del perro. Ambas técnicas se pueden combinar según sea necesario.

 

En casos donde el perro no acepta premios, puede ser indicativo de ansiedad o miedo severo. En tales situaciones, realizar paseos cortos y detectar las situaciones que generan estrés puede ayudar. Si persisten problemas más complejos, se recomienda la consulta con un etólogo o adiestrador profesional en positivo para abordar adecuadamente la gestión emocional del perro.

 

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